En busca de la Felicidad

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La búsqueda de la felicidad, es el objetivo que nos mueve día a día, lo que buscamos (aunque no siempre hallamos) para nosotros, pero sobretodo para nuestros hijos. Es por ella, que no queremos quedarnos de brazos cruzados, sabemos que hay que salir a buscarla.

Mihály Csikszentmihályi, es un psicólogo de origen transilvano, que ha hecho grandes aportaciones en el campo de la psicología positiva. Sus teorías sobre la felicidad y la creatividad han sido reconocidas, pero lo más destacado ha sido la introducción del concepto de flujo (Flow), entendido como el estado mental en el que la persona está totalmente inmersa en lo que hace, se siente llena de energía, implicada y capaz de ejecutar la tarea con éxito, además de disfrutar enormemente con ello.
En el siguiente artículo, traducido del programa de identificación de Talentos de Duke University, se dan algunas pautas para padres que quieran ayudar a sus hijos precisamente a encontrar ese estado de flujo.
Ayuda a tu hijo a encontrar el Flujo (Flow)

La próxima vez que veas a tu hijo absorto en un videojuego, obsérvalo detenidamente. Date cuenta de la intensa concentración. Exceptuando algún grito de excitación o exasperación, él o ella está en silencio y puede permanecer así por horas, encantado.

“Ah”, el grito viene de millones de padres, “¡si solo pudiéramos conseguir que se concentrara así en sus deberes!”. Afortunadamente, psicólogos que han estudiado el tipo de experiencias óptimas que los videojuegos pueden aportar, han descubierto claves sobre cómo los padres pueden ayudar a que sus hijos experimenten un nivel de compromiso profundo con actividades de aprendizaje- incluso con deberes.

Por más de dos décadas, el psicólogo Mihaly Csikszentmihalyi ha estudiado experiencias óptimas, una sensación de profundo dominio, en el trabajo o en el juego, en el que la concentración y el rendimiento parecen fluir. La gente que se encuentra en flujo están completamente absortas, concentradas sin esfuerzo, y sin conciencia del paso del tiempo. La confianza en sí mismo aumenta, y su competencia crece. Aquellos que experimentan el flujo están tremendamente motivados por él y son atraídos a recrearlo tantas veces como sea posible.

Csikszentmihalyi descubrió que el estado de flujo está asociado con un mayor nivel de aprendizaje, razonamiento superior, y motivación intrínseca. Mientras somos capaces de imaginar cómo atletas o artistas son propensos a experiencias óptimas, Csikszentmihalyi ha encontrado que cualquier actividad significativa, en casi cualquier entorno, puede producir flujo. Ha observado, que todas las experiencias de flujo tienen una serie de factores en común:

-Objetivos Precisos. Tener un objetivo claro en mente, ayuda a ordenar las experiencias y a identificar el éxito. Por ejemplo, los juegos pueden reforzar el flujo, ya que proporcionan al jugador objetivos inequívocos: encestar una canasta, cruzar la línea de meta, o atacar alienígenas.

– Feedback (retroalimentación). Las experiencias de flujo aportan continuo feedback al rendimiento de la persona; avanzar al siguiente nivel de un videojuego o entender un pasaje en prosa.

– Equilibrio entre habilidades y desafíos. El flujo requiere de un complicado equilibrio entre la percepción que la persona tiene de la dificultad de una tarea y su habilidad para completarla satisfactoriamente. Un apersona que espera que la tarea sea fácil, se aburrirá y tendrá dificultad para concentrarse en ella. Por otro lado, una tarea percibida como demasiado difícil, puede crear ansiedad y evitación de la misma. El flujo ocurre cuando el desafío que ofrece la tarea está relacionado con el nivel de dominio de la persona, es decir, cuando algo pero no demasiado difícil.

El Dr. Vicki Stocking, director de investigación del Programa de Identificación del Talento de Duke, ha estudiado el flujo en los niños dotados y cree que los padres pueden crear situaciones, que ayuden a los niños ha experimentar un compromiso adecuado. Pero, para ello Stocking apunta, “los padres deben prestar especial atención a los intereses y habilidades de sus hijos… El flujo es una experiencia muy personal e individual”.

Un desafío es ayudar a los niños a identificar objetivos motivantes. Mientras nosotros deseamos que pongan sus miras en objetivos que son importantes para nosotros o para sus profesores, excelencia académica por ejemplo, los objetivos deben ser claros y convincentes para los niños. “Deben valorar el objetivo” enfatiza Stocking.

Al principio, los niños precisarán de ánimo externo para aprender las destrezas que necesitan para encontrar una actividad gratificante. “Aprendiendo a tocar el violín”, Stocking dice “Tocar una bonita melodía, puede ser una experiencia de flujo intensa, pero requiere de muchas lecciones y práctica antes de que él o ella creen música”. Stocking sugiere que los padres equilibren las motivaciones externas, tales como elogios o recompensas, con motivación intrínseca para ayudar a sus hijos a empezar nuevas actividades.

Además, recomienda una serie de pasos para que los padres preparen el escenario para la experiencia de flujo:

– Ayudar a los niños a relacionar las actividades con sus objetivos. Algunas veces los niños tienen diferentes objetivos que pueden desarrollar con una sola actividad, y los padres pueden ayudarles a entender cómo hacerlo. Por ejemplo, una hora practicando el violín puede ayudar al niño a prepararse para un exitoso recital a la vez que desarrolla su apreciación de la música.

– Dar feedback (retroalimentación). Los padres pueden animar a sus hijos a auto-observarse y de ese modo cultivar la sensación de flujo. Pueden hablar con sus hijos sobre cómo lo están haciendo: “Suena cómo que estás mejorando en esa pieza” Los elogios deben ser sinceros y específicos.

– Ayudar a prevenir distracciones. Los padres pueden asegurarse de que sus hijos tengan un espacio tranquilo para trabajar, estudiar o practicar. Deben evitar la sobrecarga de horarios: ir de una actividad a otra, hace que sea difícil para el niño comprometerse en alguna experiencia. Además, los padres no deben dejar que su propia implicación, incluso su ánimo u orientación, se conviertan en una distracción.

Encontrar el nivel adecuado de desafío, puede ser el aspecto más complicado para fomentar el flujo. “Las tareas deben ser lo suficientemente difíciles para expandir lo límites del niño, pero no demasiado y que le cause frustración” advierte Stocking. El aburrimiento o el carecer de focos, en el niño, puede significar que se necesitan unos objetivos más desafiantes. La frustración o la evitación, por otro lado, pueden ser señal de que es hora de bajarse a un nivel más sencillo.

Finalmente, Stocking advierte, “es importante que los niños vean a los padres absortos en actividades. El modelado es la mejor forma de enseñar a los hijos”.

Mark Knicklebine. Duke University

Traducido por Ángela Núñez Olmo

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