Existen ciertas características y patrones de comportamiento de los niños de altas capacidades, que podrían derivar en diagnósticos nada acertados. Algunas de ellas serían:
- Intensidad y sensibilidad («sobreexcitabilidad» de Dabroski); estos niños pueden sobrereaccionar, enfadarse facilmente o llorar si las cosas no salen bien.
- Idealismo. Impacientes ante los fracasos; pueden sufrir fuertes desilusiones; presencia de cinismo y depresión y/o sentimientos de soledad.
- Impaciencia con los demás y con ellos mismos; intolerante y crítico con los demás.
- Hipersensibilidad a la crítica.
- Dificultad para ver las cosas desde el punto de vista de los demás.
- Perfeccionismo, muy autocrítico; poco dispuestos a arriesgarse; hipersensible a las críticas.
- Creatividad, pueden presentar comportamientos no tradicionales.
Capacidad de juicio por detrás de la capacidad intelectual (disincronía en el desarrollo). - Inconformismo. Desafío a los demás y a las tradiciones; rechaza el aceptar la autoridad; desbarata el status quo.
- Obstinación. Son frecuentes sus discrepancias con padres, profesores, compañeros, supervisores…; entran en luchas de poder; son testarudos y se enfadan.